Opinión.- Responde este titular a la desafiante tarea que lleva a cabo el presidente Luis Abinader , de dirigir al país en la gruta de un laberinto artificiosamente trazado, por las ínfulas imperiales de Vladimir Putin, quién se considera arquitecto de un nuevo mundo multipolar.
Invade a Ucrania sin una masa crítica de rusos que se manifiesten a su favor, en estas acciones de guerra. Solo le guían la soberbia, hija de las alabanzas con mentiras que le han desquiciado sin remedio, para bajarle el orgullo sembrado en su mente enferma.